miércoles, 12 de octubre de 2016




Por María Isabel Pardo Bernal.
10 del 10 de 2016.

 
 

 Aquí llega el diez sin diez,

aquí estoy sin estrellas y sin luna,

aquí, en la noche te desafío,

te requiero, te grito.

Aquí, en la oscuridad de mi playa

 me olvido de las cadenas,

de las caderas,  

de tus brazos  y del frio.

Una  mujer frente a su soledad.

la mujer que ya no llora,

la mujer altiva, la que no humilla…

Y la cortesana

 en las olas se pierde,

en las olas vuela,

en las olas se queda.

La nena

con la frente alta,

vacía de palabras,

vacía de caricias,

vacía de tu agua.

La dueña

en el mar, con su orgullo,

y en los labios,

el último suspiro del hombre

del último gemido del niño.

Y en su interior la brasa,

el fuego y el rocío,

en su entraña

el todo, el amor y

lo sublime de  la nada…

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