viernes, 25 de septiembre de 2015


Por María Isabel Pardo Bernal.
25 de septiembre de 2015.

 
EL MATRATO INVISIBLE

Estoy en contra de cualquier tipo de maltrato y en cualquiera de sus manifestaciones, pero hoy quiero hacer mención especial a ese tipo de maltrato que sufren muchos niños, y que prácticamente pasa desapercibido: el abuso psicológico por parte de los padres a los hijos. Es uno de los maltratos más frecuentes y más "invisibles", a pesar de que deja secuelas imborrables, para toda la vida. Además del insulto,  hay muchas otras formas más sibilinas de abuso, como rechazar, humillar, ridiculizar, atemorizar, amenazar, aislar al niño, no darle afecto, desatenderlo… ¡Hay tantas maneras de provocar daño!  Parece mentira que a la altura evolutiva que estamos, haya un índice tan alto de maltrato a la infancia. Está en nuestras manos luchar en contra del maltrato, somos todos responsables. No solo se hace daño con la acción, la omisión daña tanto o más. Si eres una mujer maltratada, no dejes que tus hijos también lo sean, si no quieres luchar por y para ti, lucha por lo más sagrado y valioso: tus hijos. Los pediatras, maestros, familiares cercanos, pueden visualizar y ayudar cuando este tipo de comportamiento se está produciendo. La salud física y mental de nuestros niños está en juego y por lo tanto la sociedad del futuro. No es un tema baladí, estoy hablando de una de las grandes fuentes de sufrimiento humano, algo que podemos evitar y erradicar, y que sin embargo, se perpetúa con casi total impunidad, con luces y taquígrafos.  Los niños son nuestro mejor baluarte, no les hagamos daño.

domingo, 13 de septiembre de 2015


Por María Isabel Pardo Bernal.
© 2015 Reservados todos los derechos.

 

 

EN LA DERROTA

 

                                  En la pereza del estío                                 

 me vistes de olvido.

Te cedí mi oxigeno

 y mis suspiros,

te  di mis esperanzas

y desatinos,

me entregué desde adentro,

abierta en canal,

en cerrado destino,

en cruz,

 y como dulce felino.

 

Agoté mi energía,

 cerré mis caminos.

Aullé a la manada cuando

te quedabas sin luna,

sin padre, sin amigo.

Fui amante desesperada,

la madre, el castigo,

 el hada,

pasión loca,

tortura de tu membrana.

Fui la que te suplicaba,

 la que lloraba,

la que te servía,

la mujer que por ti

mataba y moría…

 

Fui tu niña,

y tu dama,

la que besas

y halas,

la amada,

la amante,

la miza que buscas

en tu cama.

 

Te esperé

en mi ventana,

me pensaste

en tu almohada.

Te soñé

desnudo y vestido

yaciendo.

Te viví

y gocé cuando

enloquecías,

exclamabas,

y me seducías,

¡ Me disolvías

 fluyendo

 hasta el alba, niño,

hasta el alba!

 

Y ahora,

me rodeas de negro,

me envuelves

 con alas de cuervo.

En mi derrota,

 me consuelas

con el desdén,

en la nieve

 me arropas

de hielo,

en la muerte,

me despides

con el fantasma

de tu silencio.

En la derrota,

me ignoras,

en la derrota,

navegante,

me dejas

eternamente rota… 

domingo, 6 de septiembre de 2015


¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HÉCTOR!

 Mi hijo mayor es uno de esos seres que nacen rodeados de una luz brillante y especial, un bebé que parece envuelto en un halo de estrellas, una persona tocada por la varita mágica de miles de madrinas,  una de esas personas que regala paz con su inmensa sonrisa, un chico que te hace reír hasta llorar con sus continuas ocurrencias. Es sensible e inteligente. Nunca he conocido a alguien tan  generoso, ni tan comprometido con su entorno. Su sencillez lo hace el más especial, y su bondad, único. Aquellas personas que no lo conozcáis,  diréis que una madre siempre habla maravillas de un hijo; y algunas de las que tengáis la suerte de conocerlo, pensareis que también tiene sus fallos, y será cierto, pero soy madre, una madre orgullosa y feliz de haber parido a un hijo, un buen hijo. Supongo que igual pensarán todas las madres, pero es que, ser madre, parece que implica pensar que ninguna mujer es madre al igual que tú.  Hoy estoy de celebración, tal día como hoy, hace tiempo, siendo muy joven, me convertí en mamá; permitidme sentirme la más  sublime  de las mujeres por unos segundos… ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, HIJO MÍO!