AJEDRECISTAS QUE DEFINEN
CARLOS H. GARCÍA
PALERMO
“Juego
ajedrez porque fundamentalmente soy un ajedrecista. Soy fiel a mi esencia El
ajedrez, para bien o para mal, es mi identidad, es lo que predomina en mí.
Aunque he hecho otras cosas, creo que el ajedrez es la actividad que ha
modelado mi personalidad y mi historia, que más me ha influido. Así de
sencillo, respondo a mi esencia, esa es mi motivación para continuar” (GM Carlos H García Palermo)
El Gran
Maestro Carlos Horacio García Palermo nació en La Plata el 2 de diciembre de
1953. Es abogado, pero ha sido en el ajedrez donde ha destacado brillantemente
en todo el mundo. Obtuvo victorias sobre figuras de leyenda como el campeón mundial Anatoly Karpov (Mar
del Plata, 1982), el subcampeón mundial Nigel Short (Manila, 1992), y grandes
maestros como Boris Gelfand y Michael Adams (Inglaterra, 1988) y un largo palmarés de victorias sobre otros
muchos maestros de la élite mundial.
Carlos H. García Palermo ha sido el jugador con
mejor ranking de América Latina. Ocupó el lugar 40 del mundo en 1986, y alcanzó
un Elo de 2550. Lleva más de cuarenta años jugando torneos en todo el mundo. Vive a caballo entre Argentina y Europa. Ha
cosechado innumerables éxitos a lo largo de su carrera, siendo galardonado con
premios de todo tipo. Fue ganador del Memorial Capablanca en La Habana en 1985
y 1987, también fue tercer tablero del equipo argentino en la Olimpiada de
Dubai.
No quiero pasar por alto que siendo apenas un
adolescente, le ganó en una simultánea, al grande entre los grandes, Bobby Fischer.
El Gran Maestro tiene una extensa y brillante
carrera ajedrecística, muy difícil de resumir en esta breve reseña. Es una de las trayectorias más interesantes
que conozco, sus logros son excepcionales.
Por otra parte, la persona que está detrás del Maestro de ajedrez, tiene
tanto o más interés que el ajedrecista.
A continuación, rescato de una de las entrevistas,
de las muchas que se le han hecho, un párrafo que me parece muy significativo
para poder saber cómo entiende García
Palermo el ajedrez:
“…Hay que rescatar al hombre que piensa. El ajedrez
tiene un toque de frescura, algo que nos remonta al pasado. Hay que rescatar al
hombre que piensa sencillamente, que se sienta en un tablero y trata de darle
la vuelta al tema para ver cómo resuelve las posiciones, y que trata de
ingeniárselas, porque en definitiva eso es lo que vale”.
Por María Isabel Pardo Bernal.
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