lunes, 9 de septiembre de 2013


Por María Isabel Pardo Bernal.


Elda 09 de septiembre de 2013.

 

ANIVERSARIO

 



 

 
Aquel día fue blanco, mi vestido de moaré blanco sobre mi piel blanca, mis medias blancas, zapatitos blancos, el corto velo en el rostro… toda, toda, toda blanca. Una rosa blanca, una dama blanca, una niña blanca.  Lágrimas de color blanco, sensaciones blancas. Flores, montones de flores blancas, paloma blanca,  mi carita pálida, mi candidez, mi pureza, mi alma blanca… ¡Todo, todo aquel día fue blanco!  Sólo mis labios encendidos contrastaban con la inmaculada fotografía de la muchacha temerosa que se encaminaba a la iglesia, a una iglesia que no era la suya, a decir un  “si quiero” para toda la vida. Las piernas temblaban y el corazón se agitaba  encerrado en el corsé blanco. Fiesta en la ciudad, sol espléndido, y la chiquilla en la iglesia susurrando el  “si quiero”.  Incertidumbre blanca, emoción blanca ¡La mariposa blanca había parado su vuelo!  Han pasado los años, muchos, pocos, demasiados, no lo sé. Se perdió el candor de la joven, pero no su blanco espejo. Blanca luna, blancas sábanas, blanco cuerpo. Aniversario de bodas, Cristo del Buen Suceso. Luz de las olas, blanca espuma, cruz de plata, mirada blanca. Septiembre nos abraza y una mariposa levanta el vuelo descubriendo que sigo siendo la misma NOVIA BLANCA…

1 comentario: