domingo, 23 de febrero de 2014




23 de febrero de 2014.
Por María Isabel Pardo Bernal.



PIO Y EL 23F
 

 
El 23 de febrero de 1981, y antes de que llegara este libro a mis manos, me encontraba en el Colegio de las Hermanas Ursulinas en Alicante. Todo pudo cambiar, es posible que algo cambiara, todavía no están claras todas las claves, y no creo que se lleguen a descubrir en su totalidad. Tal día como hoy, hace ya muchos años,  en España olió a golpe de Estado militar; quisieron acabar con el sueño muy corto de  una convivencia de todos los españoles en paz y libertad. Un día como hoy, vi a los militares con caras pálidas llenas de angustia y miedo,  chicos que cumplían el servicio militar de forma obligatoria, los vi tomar las calles de Alicante, metralleta, o como se llamara el arma, en mano, oí también el comunicado del capitán general de la III Región Militar, Milans del Bosch eliminando la legalidad de todos los partidos, dando la hora del toque de queda… Ese 23 de febrero, las monjitas de mi colegio se reunieron en la Capilla para dar gracias a Dios e hicieron un menú especial de celebración por lo que acontecía en su amada España.  Ese día ocurrieron muchas cosas, y por suerte, NO OCURRIÓ NADA.  Hoy, la historia, mi historia y mi cuerpo no me piden que recuerde aquello, lo que mi cuerpo me pide es que recuerde a Pio, A Don Pio Baroja. En mi bachillerato fue libro de lectura obligada: "EL ÁRBOL DE LA CIENCIA". Algunos compañeros se preguntaban sobre mi admiración hacia este escritor, al que la muchachada consideraba un "peñazo". Cuando cumplí 18 años, alguien muy especial en mi vida, me regaló este libro con una bella dedicatoria. Es un placer tenerlo en mis manos ahora, oler esas páginas que ya han tomado el color del tiempo, y mientras ojeo el texto,  saborear en esta preciosa mañana de domingo, un chocolate bien caliente. Doy gracias por todo lo que la vida me ha regalado, y sobre todo por lo que me sigue regalando. Así, recuerdo, sin nostalgia alguna, con una sonrisa bien amplia, aquellos días de instituto en los que aprendí que los libros, además de muchas otras cosas, te hacen libre… Doy gracias a aquellas personas que me allanaron el camino, y sobre todo, gracias a todos aquellos que me lo pusieron difícil, a los que queriendo o sin querer, pusieron piedras y chinchetas, porque gracias a todos ellos, aprendí a sortear obstáculos, a apretar los dientes, a ser algo más fuerte. Gracias a todas esas personas, crecieron alas en mi espíritu, gracias a todos ellos, aprendí a volar…  Hoy es 23 de febrero, y en España muchos recordaran la fecha por aquel fallido golpe de estado, pero a mí, como ya he dicho, el cuerpo me pide recordar a Don Pio.


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