REFLEXIONES.
Por María Isabel Pardo Bernal.
Junio de 2013.
JUNIO
Hoy, en mis montañas, te he extrañado más que
nunca. Como siempre, tus ojitos rasgados
y oscuros están clavados en mi piel, piel demasiado blanca, demasiado ardiente,
piel que te busca sin recato, sin cansancio.
El paseo entre cerezos, volar con las candelillas amigas, el aroma a
jazmín y lavanda, el césped mojado bajo mis pies, la brisa que me regala mi
querido mar…ya no me satisfacen. No he
logrado apartar tu imagen amada de mi torturada mente. Hubiera querido romper la distancia, devorar
ese espacio que se empeña en separar nuestros cuerpos, en atarnos al deseo,
deseo siempre presente, deseo más allá de la vida y de la muerte ¡Quiero comprimir este océano hasta
convertirlo en una gota de agua! ¡Quiero guardar las palabras para que, de una
vez, hablen nuestras manos, nuestros labios! ¡Quiero tocarte, lamerte,
acariciarte, olerte, recorrerte, poseerte… hasta terminar desmayándome en tus
brazos! Sigo caminando, y las nubes temen el fuego que desprendo, se apartan
suavemente, en silencio, generosas, de agua bullendo ¡No aguanto más el
torbellino de mariposas que se mueven en mi estómago, no puedo contener el
impulso de lanzarme al vacío buscando tu cuerpo moreno, tu boca ansiada, tu
boca suspirada! Me desespero, me rebelo,
grito ¡Si este es un lugar mágico, el poder de la magia requiero; si este es un
lugar encantado, a las hadas exhorto; si este es un lugar divino, a los ángeles,
de rodillas, les imploro! ¡Soltad las
cadenas que me atenazan, dadme alas y permitidme
volar junto al marinero de tangos, el niño que, tragando mis lágrimas, con versos y
rimas VENERO, a ese hombre que, en mis noches quiero, y sumisa y desgarradoramente, sin miedo, sin cordura, sin límite, amo,
añoro, y devotamente, ADORO!
Nota: El
borrador de “Junio” lo envié a una
persona que me pidió le adelantara mi
escrito. Con estupor, a los pocos días, he visto publicado con su nombre, una
copia modificada de forma bastante burda.
No ha sido capaz de decir públicamente que esas palabras no eran suyas
sino mías, y tampoco ha sido capaz de decir que no sólo ha copiado las
palabras, también unos sentimientos que iban dirigidos a una sola y única persona… a la persona que mi
inspiró “Junio” y todos los meses del año;
Junio y casi todo lo que escribo. Por suerte, el caudal de los sentimientos que
describo es mío y sólo mío, por lo que el río de las palabras difícilmente se
podrá secar en mí. Es posible que hasta deba sentirme halagada por el hecho de
que alguien necesite de mis sentimientos para poder llegar al corazón de un ser
amado, y si mis modestas palabras han podido servir de algo, me alegro, pero
humana como soy, y algo egoísta por serlo, he de confesar que me hubiera
gustado ver mi nombre bajo las palabras que en la calidez de una noche de
junio, te escribí (MIa) ;)
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