REFLEXIONES
Por María Isabel Pardo Bernal.
6 de mayo de 2013.
ESPERAR
Dejar de esperar será la única solución para
poder ir a tu encuentro, para poder seguir
implorándote: “¡Dos minutos!”. Aprenderé
a
sentir la esperanza boba frente al desgarro, y a tener confianza ciega,
sorda y muda... Es la opción que elijo para poder encontrar alguna dosis de
cordura. ¡He cruzado tantas veces al otro lado siguiendo tu voz y me he dejado
abrasar tantas veces por tus ojos, te he entregado y me he entregado de tal
forma, que temo quedar vacía! Ahora, en mi cuerpo, vive una loca, la pasión sin límite, el amor infinito que
pide, que suplica, que llora, que ruega, que se arrodilla, se pliega, se
humilla, y a la vez, levanta la cabeza con dignidad, mientras se inventa de la nada, la soberbia
de unas palabras, la decencia de unas lágrimas…
Por esto, debo dejar de pensar en
tus abrazos de aire, en tus promesas vanas,
en tus “siempres”, en los “más que a nada”. Necesito dejar de pensar en tus labios que me besan, mientras tus
manos me separan. Debo olvidar tu cuerpo
encendido, los gemidos, en la forma que
se rompe tu voz en mi garganta. Me
impongo no pensar, para intentar
saborear ese segundo que se te pierde
lánguido en la ansiedad de mi alma, para sentir las mariposas, y no temer nada.
Necesito creer que te amo un poco menos, tener amnesia para poder levantarme
cada mañana, para poder separar mi piel de tu anatomía de hombre, sin que
sienta pánico de perderte entre las luces del alba. Quiero ver cómo te alejas
sin que se rompa cada fibra de mi esencia. Sin ti, por mucho que lo intento, se
va la mujer y aparece el hada. No me he
ido y ya te espero, junto al murmullo de las caracolas y el repicar de
campanas. No te has ido y ya te espero, batiendo mis alas, y es que sin ti, mi niño, no soy nada…
Mi querida María Isabel:
ResponderEliminarComo de costumbre nos dejas una nueva perla de tu exquisita sensibilidad que nadie como tu sabe expresar.
Espero poder seguir disfrutando de tus estupendas composiciones poéticas.